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Una antigua reclusa confirma que compró droga al acusado de liderar la mafia de la prisión

| Palma |

«Una vez sí tomé droga con ellos en la cárcel. Tomamos un gramo y él me dijo ‘no te preocupes que no te pasará nada en los análisis'». –«¿Quién, Antonio Cao?» –«Sí».

Una testigo que había estado en el centro penitenciario de Palma confirmó en la última jornada del juicio que el acusado de liderar la mafia de la cárcel le vendió droga en al menos dos ocasiones. Además, le ofrecía la posibilidad de manipular los análisis que pasan los presos para detectar el consumo de estupefacientes. Esta mujer fue una de las claves de la investigación ya que fue ella quién reveló a la policía que había comprado para Cao el corazón de cerdo que le llegó al director de la cárcel y que destapó la trama. Ayer declaró visiblemente asustada por videoconferencia. «Eran personas agresivas. Tenían que conseguir lo que querían. Si alguien no cumplía algún interno acudía», señaló. También contó cómo actuaba el grupo cuando la presión de otros presos no bastaba: «Si no se cumplían las cosas iban ellos, cogían a los presos y se los llevaban. Estando en el jardín vi una vez cómo se llevaban a dos».

La interna establece una diferencia entre las dos tramas que introducían droga en la cárcel: «Mario era más humano. Si podía hacerte un favor te lo hacía». Además, refrendó la mala relación entre los dos: «Se amenazaban entre ellos que lo contarían todo. No se podían ni ver».

La Fiscalía introdujo al final del juicio la declaración de otro interno que no ha comparecido en el juicio porque está expulsado del país. Éste relató en instrucción que recibió una paliza en una celda de aislamiento por parte de los acusados.

El juicio llegó a su final ayer. Tanto el ministerio público como la acusación particular, que ejerce el letrado Bartomeu Oliver, mantuvieron su petición de 47 años de cárcel para Antonio Cao. Las dos modificaciones importantes afectan al otro gran acusado, Mario Fernández Lora y a Patrick Duchemin. Al primero le retiran un delito de abusos sexual por hacer una felación a un recluso. En el caso del segundo, su abogado, David Burgos, concordó con la Fiscalía una pena de multa por comprar un móvil a la trama.

La defensa de Cao, que ejerce la letrada Carolina Ruíz, solo admite la venta de este terminal y solicita que se apliquen dos atenuantes al principal acusado: uno por la esquizofrenia que padece y otro por las dilaciones del procedimiento.

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