El desenfreno del Carnaval tiene un límite, al menos en los desfiles. La Policía Local de Palma tuvo el fin de semana trabajo añadido con un grupo de alemanes que montó una carroza para la Rueta de s'Arenal del sábado y la Rua de Palma del domingo. El primer día fueron expulsados por ir bebidos y el segundo por no respetar las normas del desfile.
El sábado por la tarde varios asistentes a la Rueta de s'Arenal avisaron a la Policía Local porque los integrantes de este grupo estaban aparentemente bebidos en la carroza. Cuando los agentes acudieron al lugar y hablaron con ellos confirmaron el estado etílico en el que se encontraban. De esta manera los agentes les tuvieron que invitar a que no salieran a hacer el recorrido por motivos de seguridad.
Domingo
Algo similar ocurrió el domingo. Las personas que estaban subidas en la carroza comenzaron a tirar al público caramelos, algo que estaba prohibido por razones de seguridad, para evitar accidentes como el ocurrido en la cabalgata de Reyes en Málaga en el que un menor falleció atropellado. La comparsa sí cumplía con el resto de medidas de seguridad que se exigían en el desfile y, durante un rato dejaron de tirar los caramelos. Sin embargo, al cabo de un rato, en lugar de parar, empezaron a lanzar al público chocolatinas y de un tamaño respetable. La Policía Local de Palma se vio obligada a intervenir de nuevo por las mismas razones de seguridad y, en este caso se sacó a la carroza del desfile por no cumplir las reglas.