Equipaje de mano y alijo de droga en el cuerpo. Así viajaron a Mallorca dos marroquíes que, en vuelos separados, llegaron a Son Sant Joan con casi dos kilos de hachís introducidos dentro de su organismo. Ambos corrieron la misma suerte: fueron cazados por la veteranía de los guardias civiles del aeropuerto, especialistas en detectar nerviosismo o actitudes sospechosas.
De acuerdo con los datos facilitados por la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma, el primer sospechoso llegó a la Isla el pasado día 4, en un vuelo procedente de la Península.
Nervios
Se trataba de M. E. M., de 32 años, y nacionalidad marroquí. Nada más pasar el primer control, los agentes se fijaron en él: sudaba y estaba tenso. Cuando esperaba su maleta en la cinta, se acercaron a él y notaron que su nerviosismo iba en aumento. El equipaje fue registrado, pero no había nada ilegal en el interior. Sin embargo, el olfato de los especialistas de Son Sant Joan suele ser prodigioso y el varón fue trasladado a la sala de Rayos X, donde una ATS le realizó una radiografía. Y bingo: dentro de su cuerpo, el magrebí ocultaba decenas de dátiles de hachís. Cuando las expulsó, se comprobó que pesaban 1.080 gramos. Al día siguiente, fue E. M. E. L., de 25 años y también marroquí, el que cayó por el mismo sistema. Llegó con 700 gramos de esa sustancia en su cuerpo. El primer detenido ingresó en prisión; el segundo no.