Carrera hacia la muerte en Joan Miró. Un hombre de 37 años enloqueció ayer tras consumir presuntamente grandes cantidades de cocaína, saltó desde la terraza de una casa a la calle, aterrizó en un coche y comenzó a correr de forma alocada por la avenida, vestido sólo con unos calzoncillos. Poco después una patrulla del 091 lo interceptó y cuando los agentes lo estaban reduciendo falleció.
Sobre las 9.45 horas algunos vecinos de Gomila avisaron a los servicios de emergencias de que un hombre corría vociferando por la calle. Estaba como poseído y se dirigía de Marqués de la Cenia a Joan Miró, dando bandazos y aullando.
Saltó de una casa
Segundos antes, el varón había saltado de la terraza de una casa y había caído sobre un coche aparcado. Acto seguido, según contaron algunos testigos, se incorporó y comenzó su alocada carrera, vestido sólo con la ropa interior.
Unos agentes uniformados salieron a su encuentro y trataron de calmarlo, a la altura de una cadena de supermercados. El indocumentado, sin embargo, mascullaba frases inconexas y seguía fuera de sí. Los funcionarios procedieron a reducirlo para que no se lesionara y uno de ellos se colocó encima de él, para intentar calmarlo.
Su desesperación, empero, fue en aumento. Mientras estuvo tendido sobre la acera, placado por el policía, no cejó de patalear y gritar, mientras los funcionarios solicitaban refuerzos y pedían la llegada urgente de una ambulancia.
Antes de que llegaran los sanitarios, las patadas se convirtieron en convulsiones y la víctima falleció. Los médicos trataron de reanimarlo, pero todos los esfuerzos fueron inútiles. Hasta la calle Joan Miró llegaron expertos del Grupo de Homicidios y de la Policía científica, que se hicieron cargo de la investigación. El juez Juan Pedro Yllanes y la forense Emilia Salas también se desplazaron hasta esa dirección, para aclarar lo ocurrido. Poco después los investigadores contactaron con una amiga del fallecido, que contó que había pasado la noche consumiendo sustancias en un local. Por la mañana, en su casa, se sintió mal y la llamó por teléfono. Cuando ella llegó, estaba enloquecido: estaba en calzoncillos, subiendo y bajando las escaleras de la casa, de forma compulsiva. Según la testigo, se introdujo algo en la boca, que podía ser una bola con droga, y después saltó a la calle.
Mientras los sanitarios trataban de reanimarle, en efecto, le encontraron un cuerpo extraño en la boca, que está siendo analizado.