El director de la cárcel de Palma, Manuel Avilés, fue cesado ayer por el Gobierno, que nombró a Gustavo Villas Pérez, como su sustituto. El nuevo responsable del centro penitenciario es un funcionario palentino de 35 años, que asumirá el cargo en los próximos días.
Avilés, que nació en Granada en 1954, llegó a Mallorca en 2008, sustituyendo al anterior alcaide, Juan Fernando Díaz. Desde su llegada a la isla, cambió por completo el modelo penitenciario y apostó por abrir la prisión a conciertos, espectáculos, talleres para presos y otras actividades encaminadas a la reinserción.
«Muy feliz»
Avilés era consciente de su futuro inmediato, sobre todo desde que la semana pasada
Ultima Hora adelantó que el Gobierno había decidido su sustitución al frente de la cárcel. Ayer, este diario contactó con el recién cesado alcaide, que hizo un resumen muy positivo de su paso por Mallorca: «Han sido años muy felices para mí. Los mallorquines me han acogido estupendamente y he podido trabajar con grandiosos profesionales. No se le puede pedir más, ni profesional ni personalmente», declaró.
Avilés contó que había hablado con Ángel Yuste, secretario general de Instituciones Penitenciarias, y que «a partir de ahora vuelvo a la Unidad de Malos Tratos en un juzgado de Alicante», que era precisamente el destino de Avilés antes de su marcha a la cárcel de Palma, hace casi cuatro años.
Durante este tiempo al frente de la penitenciaría, la gestión de Avilés no ha dejado indiferente a nadie. Por un lado, los sindicatos le han criticado muy duramente por «montar circos en lugar de dirigir la prisión», y, por otro lado, ha recibido el apoyo de presos. «Yo creo que no es cuestión de montar un circo o cosas por el estilo. Que los presos puedan asistir a una obra de teatro, o protagonizarla, o que asistan a un concierto en el teatro de la cárcel no es malo. O no debería serlo», sostuvo Avilés.