La policía ha detenido a una toxicómana que, en compañía de otros drogadictos, allanó un piso de la Porta de Sant Antoni, en Palma, y causó graves daños en el interior. Catalina Llull, la dueña, declaró ayer que lleva tiempo denunciando la situación «pero ni Policía Nacional ni Policía Local me han hecho ni caso».
El inmueble en cuestión es un tercer piso del edificio rotulado con el número 29, en plena Porta de Sant Antoni. Se trata de una zona problemática y por las noches las prostitutas merodean el portal de la finca. Catalina, una jubilada mallorquina de 61 años, notó hace un tiempo que se colaban en el edificio. «Subían al trastero, pero no molestaban. Mi piso lo tengo cerrado, no abandonada. Por lo menos una vez por semana voy a ver cómo está. Cuando entré hace unos días me encontré la puerta desencajada y todo destrozado», explica la mujer,
El piso, en realidad, se había convertido en una pocilga. Por el suelo y las mesas había útiles de droga: cucharas quemadas, papel de aluminio y jeringuillas. Habían orinado y defecado a diestro y siniestro y los daños en paredes y suelo eran cuantiosos. Una de las paredes, incluso, había sido derribada. Catalina ha vuelto a interponer denuncia: «No creo que sirva de mucho, mañana volverán».