La policía ha enviado a un laboratorio de Madrid muestras del cadáver hallado por un payés en un sembrado junto a Son Banya, el pasado domingo, para confirmar al cien por cien que se trata del joven Carlos Fayos Flores, que desapareció el pasado mes de febrero en Palma. De momento todas las pruebas apuntan a que se trataría de este joven, de 27 años, ya que se ha reconocido por parte de los allegados la cadena que llevaba, su móvil, el reloj y también portaba la documentación. No obstante, las pruebas de ADN deberán ratificar que el cuerpo es el del vecino de es Molinar que había desaparecido.
Los investigadores descartan que se trate de una muerte violenta ya que el joven portaba los efectos de valor encima y, por tanto, no se cree que nadie lo hubiese podido atacar para robarle. Otro dato que confirmaría que la muerte no fue violenta es que el día que el joven desapareció se quedó sin cobertura en el móvil. En el lugar donde fue hallado el cuerpo había agua encharcada y probablemente el móvil se mojó y se estropeó.
Por tanto, la hipótesis más certera es que el joven acudiese a Son Banya, después se encontró indispuesto y falleció en ese sembrado. El domingo, el payés halló el cuerpo cuando pasaba la segadora.
Uno de los detalles que llama la atención a la policía es que el helicóptero sobrevoló esa zona y no detectó el cuerpo, aunque éste estaba cubierto por la maleza y pudo quedar oculto desde el aire. También crea algunas dudas a los investigadores que nadie se diese cuenta y avisara de la presencia de un cadáver, a tan poca distancia de Son Banya, aunque el poblado se rige por otra ley.