Se llama Javier, tiene 21 años de edad y ha sido víctima de una brutal paliza que casi acaba con su vida. Al parecer y, según las primeras hipótesis de la investigación, el joven se encontraba, hace unos días, en compañía de un grupo de amigos en las inmediaciones de la rotonda de entrada al Port d'Andratx, a unos escasos 300 metros de una conocida discoteca. Según relataron familiares próximos a la víctima, Javier se encontraba, sobre las tres o las cuatro de la madrugada, saliendo del centro de ocio. En ese momento el joven fue alertado de que a uno de sus amigos le estaban agrediendo. Al dirigirse hacia el foco de la pelea, mucho antes de llegar, el chico fue sujetado por detrás por un hombre mientras que su hijo inició una avalancha de puñetazos y patadas. «El padre me tenía sujetado por detrás. Yo no pude defenderme en ningún momento. Su hijo, un chico al que no había visto nunca, comenzó a pegarme puñetazos y patadas. Pensaba que me mataban», concluye Javier.
Acto seguido, tras requerir la presencia de la Policía Local y de la Guardia Civil, el joven fue atendido 'in situ' y trasladado al hospital debido a la gravedad de sus lesiones. Nariz y pómulo fracturados, heridas, policonsusiones por todo el cuerpo y una importante lesión en uno de sus ojos (se teme que pueda perder la visión) fueron las trágicas consecuencias.
La rápida actuación del Grupo de Investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil consiguió identificar a los presuntos autores, que fueron detenidos. Se trata de un hombre y su hijo, ambos de nacionalidad peruana que pasaron varios días privados de libertad.
Los vecinos de la zona critican duramente al Ayuntamiento de Andratx por eliminar la brigada especializada de la policía que actuaba de noche. «Ahora sólo son dos patrullas y al cierre de la discoteca la zona se convierte en un campo de guerra. Aquí nadie puede dormir, hay numerosas peleas», concluye un vecino visiblemente indignado.