La Dirección General de Emergencias (DGE) desactivó ayer la prealerta por riesgo de movimientos sísmicos en Mallorca, tras el terremoto de 3,2 grados en la escala de Ritcher que el sábado provocó la alarma en la Bahía de Palma.
Pasadas las diez de la mañana de ayer, el centro de emergencias del 112 informó que se había desactivado la prealerta del plan Geobal, de riesgo sísmico. El citado plan consistía en que los organismos de urgencias se encontraban alertados de posibles nuevas réplicas del seísmo del sábado, extremo que no llegó a producirse.
Cabe recordar que el movimiento sísmico generó más de 180 llamadas telefónicas de ciudadanos que informaron de los hechos al Servicio de Emergencias del 112, la mayoría de las cuales avisaban de la incidencia y otras alertaban de pequeñas grietas producidas en las paredes o del ensanchamiento leve de algunas ya existentes.
Sin embargo, según puntualizó el 112, en ninguno de los casos, se detectó peligro de derrumbe. Por municipios, Palma fue el que más llamadas generó, con 123, seguida de Calvià, con 30; Llucmajor, con 17; Marratxí, con cinco, y Montuïri, Esporles y Campos, con una cada uno. El pequeño terremoto también se dejó sentir en Menorca, desde donde se recibieron dos llamadas localizadas en Maó.
Durante todo el día de ayer, los equipos de emergencia estuvieron muy atentos a que no se registraba ninguna actividad sismológica inusual en la Isla, y en permanente contacto con el Instituto Geográfico Nacional, que depende del Ministerio de Fomento.
Desde la Comandancia de la Guardia Civil, ubicada en la calle Manuel Azaña, en el polígono de Levante, se señaló que algunos particulares se habían puesto en contacto con el Cuerpo para conocer cuál era la situación dominical, sobre todo por parte de gente de edad «que tenía miedo de que pudiera registrarse un seísmo más intenso que el del sábado».
Por su parte, el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local calificaron la jornada de ayer en Palma y Calvià de «totalmente normal» y apuntaron que el temor de algunos particulares que contactaron con ellos «era saber si se habían producido réplicas o si se esperaban en breve».
Las fuentes señaladas informaron que, tras un gran terremoto -no como el del sábado, que sólo alcanzó 3,2 grados-, es habitual que se repitan seísmos de menor intensidad.