Objetivo prioritario. La Policía Judicial de la Guardia Civil está volcada en la búsqueda de los cuatro delincuentes armados que asaltaron el lunes por la noche la casa de un empresario en Calvià, tal y como adelantó ayer Ultima Hora.
A las ocho y media un individuo que hablaba castellano llamó al interfono de la finca, ubicada en el Camí de Son Pillo, entre Son Bugadelles y Calvià pueblo. Preguntó por el dueño, que se llama Brian y es de nacionalidad británica. La mujer del empresario, una panameña, le contesto que no estaba, pero notó algo raro. La intuición era acertada, porque mientras el hombre de la puerta la enredaba, otros tres compinches accedían por la parte trasera al interior de la finca.
Pidió ayuda
En aquel momento, la mujer llamó por teléfono a su esposo, que se encontraba en Son Dureta visitando a un familiar ingresado, y le contó lo que estaba sucediendo. No tuvo tiempo de más. Los desconocidos, con ropas paramilitares, irrumpieron en la vivienda y la latinoamericana se refugió en una de las habitaciones.
Dos de ellos forzaron la puerta y los otros dos la ventana. La cogieron en volandas y la amenazaron para que les dijera donde se escondía la caja fuerte. Ella insistió en que no sabía nada de la caja y les ofreció, para calmarlos, ropa de gran valor y de las primeras marcas que tenían en los armarios. Los delincuentes, uno de habla castellano y los otros al parecer del Este, insistieron en el dinero, pero al final decidieron huir con un escaso botín: tres teléfonos móviles y una cámara digital. Lo curioso es que en la sala, sobre una mesa, había tres ordenadores portátiles, que no tocaron, y en el resto de la vivienda había también efectos de valor que dejaron.
Todo apunta a que la banda sabía que la mujer había podido contactar con su marido y temían que, de un momento a otro, apareciera una patrulla policial. Sin embargo, el empresario llamó a su vecino también inglés para alertar de lo que estaba pasando y Guardia Civil y Policía Local tuvieron conocimiento del asalto a mano armada minutos después. Ese ínterin fue clave para que los cuatro encapuchados pudieran escapar a bordo de una furgoneta de la marca Citroën Berlingo.
Ayer, la Guardia Civil inspeccionó la casa y sacó huellas del interfono y otros objetos que tocaron los hampones. Sin embargo, hay pocas posibilidades de éxito, ya que llevaban guantes. En la finca había un valioso deportivo Porsche, que los desconocidos tampoco tocaron. Los investigadores creen que el asalto estaba bien planificado, pero algo falló. Quizás la rapidez de la panameña en dar la voz de alerta desbarató sus planes.