Un gran desprendimiento ha obligado a cerrar al tráfico la carretera MA-10 (Pollença-Andratx) a la altura del kilómetro 29, es decir, a unos cien metros del desvío de sa Calobra, yendo de Lluc a Sóller, y los técnicos de Carreteras del Consell calculan que se tardará entre cuatro y cinco meses en reparar la vía.
El desprendimiento se registró el miércoles por la tarde. Un tramo de unos noventa metros de carretera ha desaparecido, ya que ha sido arrastrado por el desprendimiento y ha quedado sepultado por tierra y rocas. De este modo, el tramo entre Lluc y Sóller queda completamente cortado al tráfico, y para ir o salir de sa Calobra hay que ir obligatoriamente por Sóller.
Tras el desprendimiento, técnicos de Carreteras del Consell de Mallorca, del Ayuntamiento de Escorca, voluntarios de Protección Civil y agentes de la Guardia Civil han inspeccionado la zona y han colocado diversa señalización advirtiendo del corte de la vía.
El alcalde de Escorca, Antonio Gómez, explicó ayer que la «situación es preocupante porque estamos hablando de un desprendimiento de una magnitud importante y, en una primera inspección, los técnicos del Carreteras calculan que se tardará entre cuatro y cinco meses en reparar la carretera y estamos hablando de un coste económico importantísimo».
Gómez recordó que la carretera de Cala Tuent también está cerrada, ya que quedó destrozada por los efectos del pasado temporal, y hoy tiene previsto solicitar una reunión de urgencia con los responsables del Govern «para exponer la delicada situación en que nos encontramos».