Un kamikaze provocó ayer el pánico en una céntrica calle peatonal de Málaga al recorrerla hasta en dos ocasiones sucesivas arrollando a todos los transeúntes que encontraba a su paso. Hasta ocho personas heridas causó el conductor, de 41 años y cuya prueba de alcoholemia dio negativa, que sólo se detuvo cuando un camión municipal que realizaba los servicios de limpieza en ese momento cerca de la zona, observó los hechos y se interpuso en su camino para cortarle el paso.
En ese momento, un agente de la Policía Nacional de paisano y fuera de servicio detuvo al conductor, al que una multitud de personas trató de linchar.
Los hechos ocurrieron en torno a las 11.55 horas de la mañana, cuando un vehículo marca Rover de color negro irrumpió en la calle Larios, una céntrica calle peatonal del centro histórico de Málaga, en sentido subida y la recorrió entera arrollando a todos los transeúntes que se encontró a su paso.
Cuando llegó a la Plaza de la Constitución, el conductor dio la vuelta y volvió a dirigirse a toda velocidad hacia el comienzo de la calle Larios, donde un camión de los servicios de limpieza se interpuso en su camino para cortarle el paso.
En ese momento, un agente de la Policía Nacional, vestido de paisano y fuera de servicio en ese momento, rompió la ventanilla del coche y abrió la puerta para impedir la huida del conductor.
Numerosos viandantes se echaron entonces encima del coche, increpando al hombre que lo conducía, al que trataron de linchar. Posteriormente, la Policía Nacional trasladó al conductor, cuya identidad no fue precisada, a la Comisaría Provincial de Málaga donde el Grupo de Homicidios se hizo cargo de las diligencias del caso.
Un total de ocho personas resultaron heridas de distinta gravedad por la actuación del kamikaze, según informó el Servicio de Emergencias Sanitarias 061. La mayoría de los heridos son turistas.