Crónica de una muerte anunciada. Un agente de la Unidad de Prevención, Atención y Protección de Mujeres Maltratadas (UPAP) del Cuerpo Nacional de Policía que se encargaba del caso de Noura Hichou, declaró ayer ante el tribunal haberla aconsejado, diez días antes de morir acuchillada, que se trasladara a un centro de protección.
«Noura no quiso entrar en el centro de acogida porque quería anteponer su seguridad a la de sus hijos» declaró el miembro de la citada unidad del CNP, después de comentar que Noura le había dicho que sentía «un miedo intrínseco» a que Rachid se llevara a sus hijos a Marruecos. En una ocasión anterior el acusado se había llevado a uno de los cuatro hijos de ambos al país africano sin el consentimiento de la madre, con el objetivo de extorsionarla.
El agente policial concluyó su intervención declarando que el hecho de que Rachid acabara con la vida de Noura, «era una muerte anunciada».
Finalizadas las declaraciones de policías, peritos y médicos forenses, las partes procedieron a exponer sus conclusiones finales.
El Ministerio Fiscal se ratificó en su petición de 21 años de prisión para Rachid como autor de un delito de asesinato, mientras que la abogada defensora solicitó al tribunal que se le condenara a una pena inferior, alegando que no se cometió un asesinato sino un homicidio.
Una vez finalizada la vista, es ahora turno del jurado popular pronunciarse sobre lo acontecido en el juicio mediante la emisión de su veredicto. Hoy, el magistrado que preside la sala pondrá en conocimiento de los miembros del citado jurado, las directrices necesarias para la emisión de un veredicto válido.