La omertá. La Ley del silencio se ha impuesto entre los nigerianos detenidos en la Operación Lagos. De los diez detenidos por la Guardia Civil en Son Gotleu, el Coll d'en Rabassa y Son Cladera sólo uno, en concreto una mujer de origen guineano, ha querido declarar ante los investigadores. Y su versión no fue muy creíble: «No sé nada».
En total, fueron catorce los arrestados en el dispositivo que se montó el martes en Palma y otras tres ciudades españolas. Doce de ellos fueron apresados en la Isla, y dos en Madrid y Barcelona. Del grupo capturado por la ECO dos quedaron en libertad, por falta de pruebas inculpatorias.
Los otros diez pasaron dos noches en los calabozos de la Comandancia palmesana y ayer por la tarde, a las cuatro, pasaron a disposición judicial. En el Juzgado de Guardia se adoptaron medidas de seguridad especiales, aunque no se registraron incidentes. Se habilitaron traductores y sólo unos pocos de los detenidos ocultaron su rostro al detectar a los periodistas. El resto dio la cara.
La declaración se prolongó a lo largo de toda la tarde, y al cierre de esta edición todavía no había finalizado. La investigación policial, por su parte, sigue abierta y faltan por localizar a algunos sospechosos, en concreto dos o tres narcotraficantes. Para llevar a cabo la Operación Lagos fue necesario esperar a la llegada de los GRS (Grupos Rurales de Seguridad), con base en Valencia.