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Prisión para el conductor kamikaze

´Melenco´ declaró ayer en el juzgado y aseguró que la madrugada de la persecución iba bajo los efectos de las drogas

'Melenco', ayer tarde a su llegada a los juzgados de Vía Alemania, custodiado por un agente de paisano. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

JAVIER JIMÉNEZ

'Melenco' cantó. El joven delincuente que puso en jaque en la madrugada del domingo a la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Palma durante una alocada persecución entre sa Pobla e Inca ha confesado que iba drogado y que se asustó en el primer control que encontró, porque el todoterreno que conducía era robado.

Antonio M.F., de 20 años, robó el Vitara a un vecino de Palma y se dirigió a Son Banya, donde según su propio testimonio compró cocaína y heroína. La consumió y después se dirigió hacia su casa, en el Port d'Alcúdia. Al llegar a sa Pobla se topó con un control rutinario de la Guardia Civil y fue entonces cuando aceleró bruscamente y empezó su alocada huida, de nuevo hacia Palma.

Tras ser detenido, el joven pasó la noche en los calabozos de la Comandancia palmesana, y luego fue interrogado por los agentes del Grupo de Patrimonio. Se le acusa de los delitos de daños, resistencia, atentado a agentes de la autoridad, robo de vehículo a motor y desobediencia. Por la tarde, a las cuatro y media, fue trasladado a los juzgados de Vía Alemania, donde declaró ante el juez.

Antonio M.F. ya era conflictivo cuando era adolescente, y la Guardia Civil lo detuvo en numerosas ocasiones en Alcúdia y Pollença. Quedaba en libertad, debido a su edad, y volvía a recaer. En aquellos años le imputaron numerosos hurtos y robos. Ingresó en es Pinaret, en Marratxí, y se escapó. Después cumplió la mayoría de edad y siguió delinquiendo con la misma intensidad. O más.

El domingo de madrugada protagonizó su fechoría más sonada: huyó de sa Pobla a Palma y movilizó a todos los efectivos de guardia. En total, más de 25 dotaciones de la Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local siguieron su estela, hasta que una furgoneta de los UII (Unidad de Intervención Inmediata) le cerró el paso en la calle Joan Miró y el Vitara se estrelló contra un árbol. Antes había impactado contra coches patrulla, una moto de la Policía y un taxista. Numerosos conductores tuvieron que apartarse de su camino porque enfiló algunos tramos en dirección contraria. En el Paseo Marítimo estuvo a punto de ocurrir una desgracia.

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