Inaugurada en 1984, cuando el ministro del Interior era José Barrionuevo, la Comandancia de la Guardia Civil de Palma evidenció, desde el principio, graves deficiencias en su estructura. Se construyó con materiales baratos, de escasa calidad y su aspecto, más que austero, se tornó cutre. Ahora, casi veinticinco años después, se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto -bautizado por algunos como «el Plan Marshall de la Comandancia»- que modernizará a partir de este año las instalaciones.
El primer paso será levantar todo el patio, que presenta un piso irregular y goteras, y cambiarlo por otro más moderno, con claraboyas a nivel. Por un lado se pretende que la luz solar entre en los sótanos y, por otro, ahorrar energía. El proyecto será adjudicado en los próximos meses y el presupuesto de las obras se estima entre dos y tres millones de euros, al menos en su fase inicial e intermedia.
La ejecución de las obras es otro punto a concretar y de momento se cree que la festividad de la patrona del 2008, en el mes de octubre, todavía se celebrará en el viejo patio. Es decir, que sólo al final de año se procederá a levantarlo por completo.
Otra fase más ambiciosa del gran proyecto de reforma de la Comandancia palmesana está pendiente de la autorización del director general de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía, el mallorquín Joan Mesquida. Se trata de añadir un cuarto edificio a los tres que ya existen en el complejo y que estaría destinado a las nuevas oficinas. De esta manera, se trasladarían las dependencias que en la actualidad están en el sótano (Policía Judicial, EDOA, Tráfico, Armamento y otros departamentos). Es la parte más compleja del plan y su realización depende exclusivamente de que la Dirección General lo autorice y, sobre todo, lo financie. En estos últimos años los presupuestos para infraestructuras en Balears se han destinado, en gran parte, a la modernización de cuarteles o a la construcción de nuevas instalaciones. Ahora, según estiman los mandatarios beneméritos, ha llegado el momento de «dignificar» la Comandancia, que al final y al cabo es el edificio capital del Cuerpo.
Las fuentes consultadas confirmaron que una de las prioridades del coronel jefe Basilio Sánchez Rufo es la gran reforma de las instalaciones, aunque está pendiente de los presupuestos y de las autorizaciones de Madrid.
El proyecto incluye otras modificaciones. El sistema de ventilación será modernizado, ya que es defectuoso, y las dependencias de la Plana Mayor también experimentarán cambios sensibles. La construcción general de los tres edificios que forman la Comandancia es «soviética», en el sentido de que se trata de dependencias en bloque, oscuras, cerradas y con pocas ventanas. Ese concepto se quiere cambiar por otro más limpio, sin tanto muro de separación, con mamparas y biombos en algunas oficinas.