Son Banya quiere paz y tranquilidad. Los disturbios de la noche del pasado miércoles y madrugada del jueves han hecho reaccionar a los jefes. Ayer tarde se confeccionaron una serie de pancartas, que se fueron colocando en los accesos al poblado. A las tres de la tarde se reanudaron los controles por parte policial, y poco después las pancartas ya eran visibles desde la carretera. Responsables de Son Banya manifestaron a este periódico que «sólo pedimos que no haya problemas a la hora de que vengan a Son Banya familiares o amigos, y que la entrada se les prohíba porque no estén censados en el poblado».
Con respecto a los graves disturbios de la madrugada del jueves, se quejaron de «los gases lacrimógenos que tiraron dentro del poblado, porque hay gente con asma que lo pasó mal, y algún niño tuvo problemas de respiración».
Los líderes de Son Banya aseguran que están de acuerdo con el hecho de que se intente erradicar la venta de drogas, y esperan en fechas cercanas poder ser recibidos por el delegado del Gobierno. Por ello, anoche no se esperaba que pudieran reproducirse los incidentes de los dos últimos controles llevados a cabo.