Al menos 63 personas murieron ayer en una explosión de grisú en una mina de carbón en Donetsk, en el este de Ucrania, según un último balance hecho público por la noche, que amenazaba con empeorar, pues se desconocía la suerte que habían corrido decenas de mineros.
«Sesenta y tres personas murieron y se ignora la suerte de otras 37 atrapadas», dijo Igor Krol, portavoz del ministerio ucranio de Situaciones de Emergencia, agregando que 28 empleados de la mina estaban hospitalizados.
El balance oficial previo era de 39 muertos y 51 desaparecidos.
El fuego que se declaró tras la explosión fue localizado por la tarde, anunció el viceprimer ministro, Andi Kliouev, quien al ser preguntado por las posibilidades de encontrar supervivientes indicó que «es probable que quede alguien».
En total trabajaban 456 trabajadores en la mina cuando se produjo la explosión. De ellos, más de 360 pudieron salir a la superficie, indicó el ministerio de Situaciones de Emergencia.
La explosión, cuyas causas se desconocen, se produjo en la mina Zasiadko, una de las más importantes del país.
Treinta y siete equipos de socorristas trabajaban en el lugar de los hechos por la tarde-noche de ayer. Familiares de los mineros acudieron al lugar del drama, muchos con lágrimas en los ojos, y varias mujeres se desmayaron al enterarse de los nombres de las víctimas, pese a que sólo se había identificado a una pequeña parte de ellas.
Se trata del accidente más grave registrado en el país desde que se independizó de la ex Unión Soviética en el año 1991.