La noche se presumía larga, muy larga en Palma, con el añadido de la posibilidad de que el fenómeno meteorológico que horas antes llevó el caos a la ciudad, y buena parte de la Isla, se repitiera. Fue la noche de los árboles caídos, de los cristales rotos, de los letreros desplomados, de la desolación tras el estupor en los polígonos industriales... centenares de efectivos se desplegaron o, mejor, continuaron el gran despliegue que se inició segundos después de la
Por lo que respecta a la Policía Local un dato: en un día normal se recibe una media de 330 llamadas de ciudadanos en el teléfono del 092 y en sólo cuatro horas, las posteriores a la gran tormenta, se recibieron 589 y se atendieron 426. La Policía Local intervino en más de 600 servicios a lo largo de la noche y los 44 agentes de la Unidad Nocturna se vieron reforzados con miembros de otras unidades. Tanto bomberos como policías locales que se encontraban fuera de servicio acudieron al trabajo. Por parte del servicio de Infraestructura y Mantenimiento del Ajuntament de Palma, trabajaron todos los efectivos de las empresas contratistas en la retirada de árboles y los conductores de las grúas de la Policía Local. Las zonas más afectadas fueron las del Passeig Marítim, Passeig Mallorca, Avingudes y Aragó, entre otras. El despliegue del Cuerpo Nacional de Policía fue también importante, igual que el de la Guardia Civil y distintas policías locales en la Part Forana. También, las ambulancias trabajaron a destajo y todos los miembros de las agrupaciones de Protección Civil. Durante el recorrido que hizo este periódico por la ciudad, se comprobó cómo volcó un camión de EMAYA en es Camí dels Reis y entrada la noche una gran grúa lo levantó y después el vehículo fue retirado. En la plaza Verge del Miracle y la calle Coronel Beorlegui se estaban retirando los árboles caídos que, en la última calle citada eran nueve pinos. En es Secar de la real un camión del Cos de Bombers hizo un recorrido por la zona, mientras policías, bomberos y operarios de EMAYA buscaban nuevos objetivos. Sobre las once de la noche muchos de los «currantes» se reunieron en un local para cenar . La noche iba transcurriendo y pese al trabajo ya efectuado el paisaje seguía siendo desolador y, eso, en las vías públicas porque en jardines particulares la gran tormenta provocó también grandes destrozos y graves daños. También, a la hora de iniciar el servicio se pensó en montar vigilancias estáticas de policías locales y agentes del CNP en los polígonos industriales, y en concreto en las naves devastadas, para evitar robos y actos de pillaje. Pero los agentes comprobaron que los mismos empresarios y algunos de sus obreros habían montado ya esas vigilancias. Horas después corrió el rumor de que se había producido algún que otro saqueo, dato que a media mañana de ayer fue desmentido por la alcaldesa de Palma.
La Tormenta
La noche de los árboles caídos
Centenares de personas trabajaron durante la madrugada para limpiar calzadas y tratar de normalizar la situación en Palma
P. Matas |