La tormenta duró sólo quince minutos, pero dejó tras de sí un sinfín de incidentes, especialmente en las carreteras de la Isla. Cientos de coches, como nunca antes se había visto, resultaron dañados como consecuencia del viento huracanado. Las decenas de árboles caídos en la Isla, y sobre todo en Palma, provocaron daños incalculables en numerosos vehículos. Sólo en el polígono de Can Valero, más de 60 coches resultaron afectados. El desprendimiento de la techumbre de las naves y la caída de paredes originó graves desperfectos en coches y camiones que habrá de valorarse y analizar quién cubre los gastos.
A todo esto, hubo de sumar los innumerables accidentes que se contabilizaron tanto en las calles de Ciutat como en las carreteras, especialmente en los accesos a Palma. La tormenta provocó un accidente múltiple en la carretera de Valldemossa con 50 vehículos implicados, a la altura de la rotonda del Camí dels Reis, provocando varios heridos. Coches volcados o cruzados en las carreteras por la fuerte del viento fue la imagen más repetida tras la tempestad.
Otra consecuencia fue el colapso histórico que se registró en los accesos a Palma. En los enlaces con la carretera de Valdemossa, así como con las autopistas de Inca, Llucamjor y Ponent se vivieron retenciones de más de seis kilómetros. Los conductores debieron armarse de paciencia hasta llegar a sus hogares porque, si ya de por sí, los accesos son complicados ayer se multiplicaron las dificultades. Y es que la tormenta coincidió con el horario de finalización de la jornada electoral y también con la salida de colegios, así que miles de vehículos se vieron atrapados en las carreteras de Ciutat.