Los facultativos de guardia le atendieron de las lesiones que presentaba y aplicaron el protocolo habitual en los casos de ingreso por agresiones sexuales o violencia de género. Sin embargo, no se trataba de un caso normal de malos tratos, ya que el presunto agresor se había convertido en víctima. La sudamericana, cuando se calmó, relató que lo había apuñalado por la espalda y que lo había dejado malherido en la finca.
La Guardia Civil de Sineu y de Inca se puso rápidamente en marcha y varias patrullas se desplazaron hasta la vivienda alquilada por la pareja. La brasileña había facilitado la dirección y los agentes llegaron con relativa facilidad. Una vez en la casa se encontraron con que el alemán había sido auxiliado por un vecino, que le había sacado el arma clavada en el cuerpo. El cuchillo se había partido por la violencia de la agresión y había manchas de sangre en distintas partes de la vivienda. Los guardias civiles le recomendaron al extranjero que no se moviera hasta que llegara una Uvi-móvil. El personal de la ambulancia le aplicó las primeras curas y después lo trasladó al hospital más cercano, que era el de Inca. La víctima -y presunto violador- fue intervenido quirúrgicamente y los médicos comprobaron que la puñalada, bastante profunda, no había afectado a ningún órgano vital. Su estado, sin embargo, sigue siendo grave.