Nuevos avances en el 'caso Madeleine' después de que los análisis de ADN realizados sobre los restos de sangre y otras sustancias pertenecientes a la pequeña desaparecida hace cuatro meses en Praia da Luz (Portugal) revelan que sus padres solían sedarla a menudo, mediante pastillas. Se complica así, un poco más, la situación de Gerry y Kate McCann, quienes ya han comenzado a contratar los mejores abogados para su defensa. Precisamente ayer se hacía público que el dueño de la compañía discográfica 'Virgin', el multimillonario Richard Branson, aportará 100.000 libras (unos 145.000 euros) a la familia para ayudar en su defensa legal.
El Servicio de Medicina Forense de Birmingham, en el centro de Inglaterra, ha descubierto tras realizar una prueba de ADN a petición de la policía portuguesa que Madeleine McCann era sedada regularmente mediante pastillas, lo que confirmaría la posibilidad de que la menor haya fallecido por una sobredosis de somníferos, por lo que ahora la policía lusa quiere viajar al Reino Unido para proseguir con sus pesquisas sobre el caso.
La intención de los agentes portugueses es viajar a la ciudad de Leicester, en el centro de Inglaterra, donde se encuentran los padres de la menor, y de esta forma trabajar junto con los homólogos británicos que investigan a la pareja y volver a interrogar a testigos importantes para el caso, como amigos o familiares de los McCann.
Tras este descubrimiento, la inocencia de los padres de Madeleine está, más si cabe, en entredicho. El matrimonio, que se ha refugiado en su país tras ser declarados sospechosos, ya han comenzado a contratar a algunos de los más prestigiosos abogados. Además, van a contar con ayuda económica, ya que el magnate británico Richard Branson, propietario de Virgin, confirmó que aportará 145.000 euros a la defensa legal de los padres de la niña, según indicó un portavoz de la compañía. El presidente de Virgin se ha puesto además en contacto con otros millonarios británicos para animarles a que contribuyan a la defensa de Kate y Gerry McCann. «Hay que intentar ayudar de algún modo en acabar con la idea de que son culpables».