EFE-RIO DE JANEIRO
Las autoridades brasileñas pusieron ayer en marcha una compleja y lenta operación para rescatar los cuerpos de las víctimas del accidente del avión Boeing 737-800 que se estrelló el viernes en una zona selvática de la Amazonía con 155 personas a bordo.
Los restos serán retirados por helicópteros, transportados en camiones frigoríficos hasta una base de la Fuerza Aérea en la Amazonía y, finalmente, trasladados en avión a Brasilia para su identificación, según los procedimientos previstos.
Toda esa operación, que se prevé dure entre cuatro u ocho días, según diferentes fuentes, depende de que los 16 militares que llegaron hasta el lugar del accidente puedan despejar zonas de selva para utilizarlas como improvisados helipuertos.
Los mismos soldados hicieron ayer nuevos recorridos por el perímetro para buscar supervivientes, posibilidad que no ha sido descartada del todo pese a que varias autoridades la consideran nula.
«Nosotros, evidentemente, nunca perdemos la esperanza, pero en cuanto pasa el tiempo va siendo más difícil encontrar un superviviente», afirmó el presidente de la Agencia Nacional de Aviación Civil, Milton Zuanazzi, en una entrevista que concedió ayer para detallar las operaciones de rescate y las investigaciones.