En el Port d'Andratx, quizás la zona más afectada, se registró también un 'cap de fibló', que tiró árboles y carteles y arrancó toldos y tejas. En solo media hora en aquel núcleo turístico cayeron 29 litros por metros cuadrado. En el mar la situación fue igualmente difícil y decenas de embarcaciones fueron arrastradas a la playa pequeña del Port d'Andratx.
Un tripulante de uno de esos barcos tuvo que ser atendido en el PAC de una herida al caerle sobre la cabeza una bola de hielo del tamaño de una pelota de golf. Una treintena de coches, la mayoría aparcados en calles de Peguera, resultaron con las lunas pulverizadas por los impactos de aquella granizada, de una virulencia que hacía tiempo que no se veía.
Todos los equipos de emergencia -Policía Local, bomberos, Guardia Civil y Protección Civil- fueron coordinados por el 112, que no paró en toda la mañana de recibir llamadas telefónicas de vecinos en apuros por inundaciones, árboles caídos o ventanas rotas. Para hoy se esperan chubascos moderados, pero la situación mejorará.