La Policía busca al padre y a dos tíos de la niña atropellada el domingo en Sevilla, que ha recibido el alta por sus lesiones leves, por su presunta implicación en el tiroteo que acabó con la vida del conductor que la arrolló con su coche, y que fue homenajeado por sus compañeros de trabajo y sus vecinos.
La policía informó ayer de que los tres familiares de la menor cuentan con antecedentes por robo y están plenamente identificados, por lo que los agentes confían en detenerlos.
Según los testimonios de los testigos recogidos por la Policía, el padre de la niña salió de una furgoneta justo después del atropello y comenzó a disparar «sin mediar palabra» contra Gaspar García, que recibió nueve disparos, dos de ellos mortales en la cabeza, aunque los agentes recogieron en el lugar del crimen hasta once proyectiles.
Los hechos, según las primeras investigaciones, sucedieron poco antes de las 14 horas del domingo, cuando Gaspar García, un celador del Hospital Virgen del Rocío de 64 años, casado y con dos hijos, circulaba con su vehículo por la calle Isaac Peral y unos niños salieron a la calzada de entre unos contenedores y unos coches aparcados.
El conductor, que según Alvarez Riestra manejaba el vehículo «prudentemente», vio cómo los pequeños «se le echaron encima, frenó y ni siquiera llegó a atropellar a la niña, puesto que no se encontró en el coche huella alguna de golpe».
Además de las tres personas a las que la Policía busca, otros cuatro familiares de la menor han sido detenidos por su relación con los hechos, de los cuales tres han sido puestos en libertad por el juzgado de instrucción número 18, que se ha hecho cargo del caso, y un cuarto, otro tío, está acusado de encubrir al autor del crimen.
Cuando sucedieron los hechos, Gaspar García se dirigía a su trabajo como celador en el área de Traumatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en cuya puerta doscientos de sus compañeros celebraron hoy una concentración silenciosa a las 13.00 horas con la que repudiaron su muerte y le rindieron homenaje.