EFE-YAKARTA
Miles de damnificados por el maremoto del pasado día 26 en el norte
de la isla de Sumatra podrían tardar semanas en recibir ayuda
humanitaria debido a la gran destrucción encontrada en el
territorio, según informaron fuentes de la ONU. «Probablemente se
tardará un par de semanas en recomponer la red de carreteras y es
posible que las áreas más remotas no reciban asistencia hasta
entonces», dijo el director de la Oficina de Coordinación de
Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), Michael Elmquist,
en Yakarta.
Todas las tareas de evacuación, rescate y distribución de ayuda humanitaria básica en los más de 200 kilómetros de la franja costera occidental de la provincia de Aceh, en el norte de Sumatra, se realizan por el momento exclusivamente en helicóptero. La situación ha mejorado, sin embargo, con la llegada del portaaviones Abraham Lincoln de Estados Unidos con una docena de helicópteros Seahawk, que reanudaron ayer, por segundo día consecutivo, el reparto de alimentos y medicamentos.
La isla de Sumatra, y concretamente Aceh, es el territorio más castigado por el terremoto de 9,0 grados de magnitud y las olas gigantes que provocó el pasado día 26. La ONU calcula que el número de muertos de esta calamidad rondará los 150.000, de los que al menos 100.000 corresponden a Indonesia. El ministro indonesio coordinador de Bienestar Social, Alwi Shihab, dijo que el Gobierno trabaja «día y noche, pero la tragedia es mayor de lo que nadie se puede imaginar».
Por otra parte, las autoridades de varios países europeos comienzan a dar por fallecidos a decenas de sus ciudadanos que hasta ahora consideraban desaparecidos. Algo más de 110 ciudadanos nórdicos están considerados como muertos por el seísmo y los maremotos de hace una semana, aunque suman casi cinco mil aquellos de los que aún no se tienen noticias. Los países escandinavos observaron ayer una jornada de luto, con las banderas a media asta y la celebración de servicios religiosos especiales por la tragedia vivida en el sudeste asiático por miles de sus compatriotas y en Suecia se vive una auténtica sensación de desastre nacional.