La tercera jornada del juicio contra los cuatro acusados de la muerte de Maria Antònia Colom contó ayer con la comparecencia de los médicos forenses que examinaron a Patricio Arturo G.V., el asesino confeso de la funcionaria del Govern. En sus explicaciones, todos descartaron que éste padeciese un trastorno mental alucinatorio en el momento del crimen, echando así por tierra una de sus tácticas de defensa consistente en afirmar que antes de cometer el asesinato oía «voces» que le invitaban a matarla. Los peritos sí reconocieron que su consumo habitual de alcohol y cocaína pudo haber ocasionado algún tipo de «trastorno psicótico» ocasional.
También declararon los forenses que examinaron el cadáver de Maria Antònia Colom. Estos consideraron «muy probable» que la mujer fuese atacada por la espalda, aunque no descartaron taxativamente que el agresor la hiriese mortalmente en el transcurso de una reyerta, dando pie así a las tesis de la defensa de que el crimen no se cometió «a sangre fría».
Por otra parte, los peritos calígrafos comparecieron ayer para determinar la autoría de una carta atribuida en principio a Francisco Javier C.C., acusado de encubrimiento. En ella acusaba a Olivia C.J., otra de las inculpadas, de haberle «delatado». Los peritos determinaron sin embargo que la carta no fue escrita por Francisco Javier C.C., por lo que se ha descartado una prueba importante contra él. Los expertos también insinuaron que la carta presentaba «similitudes caligráficas curiosas» con la letra de Francisco Javier C.C., insinuando que alguien intentó falsificarla.