EFE-TEHERAN
Las malas condiciones meteorológicas y los fuertes vientos que
soplaron ayer en Irán dificultaron el trabajo de los equipos que
buscan los cuerpos de las 302 personas que fallecieron la noche del
miércoles en un accidente aéreo en el sureste del país. Más de 600
alpinistas y voluntarios de protección civil peinaron ayer la
montaña de Sirch, cubierta parcialmente por la nieve, donde sólo
pudieron rescatar los restos de algunas de las víctimas.
Se cree que las malas condiciones meteorológicas fueron también las causantes del siniestro del avión militar iraní que se estrelló anoche cerca de la ciudad de Kerman, a unos 500 kilómetros al sureste de Teherán. «Las condiciones del tiempo en el lugar del accidente y las fuertes tormentas de nieve y vientos que soplaban en las montañas han reducido la visibilidad», dijo Mohamad Ali Karimi, portavoz del gobierno regional de Kerman.
Helicópteros que trataban de apoyar las tareas de recuperación de los cadáveres se vieron obligados a abandonar la zona por la imposibilidad de tomar tierra. El avión siniestrado, un modelo liushyn-76 de fabricación rusa que cubría un vuelo interno entre las ciudades de Zahedan y Kerman, perdió el contacto con la torre de control a las 17.45 hora local (14.45 gmt) y se estrelló poco antes de aterrizar.