Mohamed Abdeoaim, el marroquí que asesinó a una mujer en el mes de enero del pasado año causándole quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo, tendrá que cumplir una condena de 22 años y seis meses de prisión. Así lo ha establecido el magistrado Eduardo Calderón, cuya sentencia se basa en el veredicto que alcanzó la semana pasada el jurado popular que, por unanimidad, declaró culpable al acusado. El juez establece, además de esta larga condena, que indemnice a la hija de la víctima con 90 mil euros y a su marido con otros 50 mil. El magistrado no ha impuesto la pena máxima, que es de 25 años de prisión, pese a que el jurado estableció que Mohamed había actuado con alevosía y ensañamiento.
El suceso ocurrió el día 8 de enero del año 2001 en un taller de marroquinería de la calle Josep Zaforteza Musoles, en el barrio de es Rafal. Esa mañana el acusado fue a buscar a Ana Torres, de 29 años con quien, según la sentencia, mantenía una relación sentimental. Después de discutir, la golpeó varias veces con gran violencia en la cabeza y para ello utilizó un objeto romo y contundente. A la víctima le apreciaron, al menos, cuatro lesiones en el craneo que eran mortales. Ana, en ese momento, quedó inconsciente. El acusado le quitó el abrigo, llevó a la joven a la cama, la roció con cola de contacto y a continuación le prendió fuego.
Este material era el que habitualmente utilizaba el marroquí para fabricar objetos de piel. En estas circunstancias la víctima volvió en sí. Al darse cuenta que su cuerpo se incendiaba se levantó de la cama y salió corriendo hacia el patio de la vivienda. Hasta allí fue perseguida por Mohamed, que según declara probado la sentencia, continuó arrojándole cola, lo que lógicamente aumentó el volumen de las llamas que envolvían a la mujer. Es en esta acción donde el jurado considera que existió la circunstancia agravante de ensañamiento, porque pretendía aumentar «de forma innecesaria» el dolor de la mujer.