Funcionarios de la UCRIF, de la Brigada Provincial de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía han dado por concluida la operación «Dulce» dirigida contra redes de inmigración ilegal, contra la prostitución y contra el derecho de los trabajadores, por el que han sido detenidas en esta segunda y última fase un total de siete personas como implicadas en mayor o menor escala en estos delitos. Detenidos que han sido puestos a disposición judicial.
Durante el transcurso de la primera fase de la operación, llevada a cabo a principios de este año, fueron detenidas otras siete personas de origen polaco y albanés que formaban parte de la red y cuyo cometido era la captación mediante engaño de mujeres procedentes de Ucrania, Letonia, Polonia y otros países del Este de Europa, a las que se les ofrecía un trabajo estable en Mallorca. Una vez en la Isla se las obligaba bajo amenazas a ejercer la prostitución en distintos club de alterne de s'Arenal y Palma.
En esta segunda fase, han sido detenidos Santos G.S., de 40 años y Pedro A. Ll., de 67 como propietarios de los clubes y de un chalet dedicado también a estos fines ubicado en el Pont d'Inca. Tmbién ha sido detenido el administrador, Antonio S.G., de 27, el director de los locales, José Antonio A.D., de 41 y los colombianos Fredy S.P., de 57, Glinoria A.V., de 32 y Liliana Ll. T., de 28. El primero, como pagador y contratante, y las segundas, como encargadas de los negocios y del chalet.
En el tranascurso de la inspección llevada a cabo por la Policía y por funcionarios de la delegación de trabajo en el club sito en la calle Benito Pons y Fábregas, así como en un chalet ubicado en la calle Fernández Bosch del Pont d'Inca, fueron sorprendidas un total de 42 mujeres, todas ellas procedentes de los países del Este de Europa. Estas mujeres trabajaban en los clubes y carecían de todo tipo de documentos de residencia y de trabajo.
En las manifestaciones realizadas, algunas de estas mujeres dijeron haber abonado a los detenidos 50.000 pesetas para sufragar unos supuestos gastos de tramitación de documentos. La mayoría de ellas residían en los clubes y en el chalet, vigiladas continuamente en condiciones deplorables, dándose el caso de que a veces eran «sorteadas» para ejercer los contactos sexuales de clientes, amigos y dueños de estos locales siempre bajo coacciones y amenazas.