Cuatro policías heridos, una quincena de coches patrulla con desperfectos, un menor detenido, otro fugado y dos disparos al aire fueron el resultado de una 'batalla campal' que tuvo lugar en la madrugada de ayer en Son Banya, cuando unos agentes trataban de detener a dos muchachos que habían robado un turismo y se habían refugiado en el poblado gitano. El recibimiento a las fuerzas del orden fue tan inesperado como brutal y lo cierto es que en Son Banya se vivieron momentos de gran tensión y nerviosismo, sobre todo por parte de algunos policías.
Esa noche, a eso de la 1.30 de la madrugada, un vehículo marca Lancia Dedra que figuraba como robado fue detectado por una patrulla del 091 de camino al poblado. Los funcionarios le dieron el alto, pero sus dos ocupantes -ambos menores- se dieron a la fuga y entraron a toda velocidad entre aquellas chabolas próximas a Mercapalma. Los policías del primer coche que le seguía se encontraron con una lluvia de piedras y de objetos contundentes y tuvieron que pedir apoyo urgente por la emisora. Otro coche del 092 fue en su ayuda, pero se averió en el poblado y fue presa fácil de las decenas de residentes que continuaban con su actitud agresiva y desafiante. En los minutos siguientes el caos y desconcierto entre los agentes fueron casi totales y llegaron a actuar hasta quince coches patrulla, con sus respectivas dotaciones.
Sin embargo, no consiguieron parar la 'lluvia' de objetos contundentes y tuvieron que retirarse casi en desbandada. Los dos menores implicados en el robo del Lancia pudieron ser detenidos, pero uno de ellos aprovechó la refriega para escapar del cerco policial y desaparecer entre aquellas casas, amparado en la oscuridad. De los cuatro policías heridos sólo uno necesitó ser hospitalizado. Ultima Hora se puso ayer en contacto con este mando del cuartel de San Fernando, que sufrió una herida a la altura de la rodilla al recibir el impacto de una piedra de grandes dimensiones: «No pudimos actuar con contundencia porque las mujeres y los niños formaron un escudo humano y detrás de ellos se colocaron los residentes más agresivos, que comenzaron a tirarnos de todo», recordó.
El oficial está pendiente de un examen a fondo de su rodilla para saber si tiene afectado el menisco. Se da la circunstancia de que la misma noche que se registró el incidente, el cuerpo Nacional de Policía fue informado de que varios gitanos habían llegado en barco desde la Península, presumiblemente con la intención de llevar a cabo una venganza entre clanes. Los sospechosos se marcharon del puerto en un Seat Ibiza y un Ford y el 091 informó de ello a la Policía Local para que colaborara en la búsqueda.