«Whisky era un perro muy inteligente. Tenía un encanto y un instinto especial». Así lo definió ayer Victoria Rodríguez, la dueña el perro pequinés que logró salvar a toda su familia de morir abrasada en un incendio que ocurrió en la madrugada del pasado sábado en un piso del Coll d'en Rabassa.
Esta familia, compuesta por una mujer y dos hijos, vivía en esta vivienda desde el pasado mes de agosto. La madre y los niños fueron acogidos por la abuela, que también residía desde hacia varios años.
El incendio se originó sobre las cuatro de la madrugada. Los moradores dormían y no se dieron cuenta que la estufa eléctrica enchufada en la sala de estar había sufrido un cortocircuito, y el fuego ya había alcanzado algunos muebles. La niña menor manifestó a los policías que la rescataron que fue el perro quien entró en su cuarto y la despertó con sus ladridos. Al abrir los ojos el fuego ya había alcanzado grandes dimensiones y era preciso salir de la vivienda ante la posibilidad de morir abrasados. Llamó a sus familiares y todos lograron salvarse, salvo el perro, que murió asfixiado y no consiguió salir del piso incendiado. Sus dueños lamentan su pérdida y afirman que nunca olvidarán al animal.
Victoria Rodríguez se mostraba ayer muy afectada por lo ocurrido. Ayer por la mañana rebuscaba los pocos objetos que se habían salvado. «El perro apenas tenía dos semanas y ya venía conmigo a trabajar. Era un animal muy inteligente y cariñoso. Ya había cumplido nueve años y toda la familia le quería mucho». Además del dolor que le ha supuesto perder a «Whisky» a la moradora de la vivienda le preocupa ahora su futuro y el de toda su familia tras este duro revés. «Tenemos que volver a empezar de nuevo. Todos nuestros bienes estaban aquí dentro y ahora todo ha quedado destruido».