Dos niños de 8 y 3 años de edad perdieron la vida ayer, casi al mismo tiempo, en sendas piscinas de Porto Colom y Génova, en los municipios de Felanitx y Palma. Sebastián Roig Juliá y Carlos Marí Díaz fueron sacados del agua ya sin constantes vitales y los médicos no pudieron hacer nada por reanimarlos.
De acuerdo con la información facilitada por la Oficina Periférica de Comunicación, Sebastián Roig se encontraba en su casa de la calle Rodrigo de Triana, a la altura del número 10, junto a sus padres. La madre parece ser que se ausentó momentáneamente y el progenitor se quedó en la vivienda.
El niño sabía nadar perfectamente y en el chalet habían instalado una piscina desmontable, de dimensiones medianas. Según la reconstrucción parcial de los hechos efectuada por la Benemérita, el pequeño se tiró al agua, con tan mala fortuna que se golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento. No está claro si Sebastián Roig chocó contra el fondo o con un lateral, pero se ahogó y cuando sus padres se dieron cuenta ya era demasiado tarde.
El servicio sanitario del 061 fue avisado sobre la una menos veinte minutos de la tarde (si bien la Guardia Civil indicó que los hechos ocurrieron a las 13'30 horas) y envió a Porto Colom a una UVI-móvil. Cuando la unidad con personal médico llegó a la casa ya había allí otro facultativo, pero éste tampoco había podido hacer nada por la vida del menor.
Un forense y el juez de guardia de Manacor, además de la Benemérita, se comisionaron en el chalet y comprobaron que la piscina tenía poca agua, por lo que la hipótesis del golpe es la más probable para explicar el ahogamiento. El cadáver del infortunado fue trasladado hasta el instituto anatómico, a la espera de que se le practique la correspondiente autopsia.
El segundo caso coincidió casi en el tiempo y tuvo como escenario una casa del camino entre Génova y Sant Agustí, en el número 27. Carlos Marí Díaz, de 3 años, fue hallado flotando en la piscina, en circunstancias que está investigando el Cuerpo Nacional de Policía. Una UVI-móvil del 061 trató de reanimar al pequeño durante veinte minutos, pero todos los intentos fueron inútiles. La empresa funeraria, que se encontraba casualmente en las cercanías de la casa, fue requerida por el médico forense y el cadáver del niño fue trasladado hasta el cementerio palmesano, donde también se le realizará la autopsia.