La multipropiedad es un sistema de contratación que se utiliza en varios países de Europa. Los clientes se aseguran el disfrute una determinada semana al año de un establecimiento turístico durante un largo periodo de años. La sentencia que ha dictado un juez de Palma acepta una demanda presentada por el abogado Javier García Rubio y en la misma se declara nulo un contrato que firmó un matrimonio alemán. La pareja tuvo que adelantar, mediante tácticas muy dudosas, 2.900 marcos (que al cambio supone más de 250 mil pesetas) tras suscribir estos contratos. Esta práctica abusiva de engaño a los turistas se desarrolló en la zona de Cala d'Or. El 14 de octubre de 1996 un matrimonio alemán se desplazó a Mallorca de vacaciones. A las pocas horas de instalarse en el hotel los turistas fueron abordados por varios jóvenes, que se identificaron como promotores inmobiliarios de un club de vacaciones denominado Cala de Mar. Este complejo ha sido denunciado en numerosas ocasiones en la Conselleria de Turisme, que incluso ordenó el cierre de los apartamentos al carecer de permiso de explotación.
Pese a esta falta de permisos los turistas fueron invitados a visitar las instalaciones. Los promotores pagaron el taxi y al llegar al complejo los clientes fueron invitados a consumir todo tipo de bebidas alcohólicas. Los promotores expusieron las ventajas que suponía contratar este tipo de iniciativa turística, que se conoce como sistema de multipropiedad o de «Time Sharing». Ocho horas se prolongó el acoso a los clientes alemanes, que finalmente aceptaron la firma de estos contratos. Con la firma del documento, por el que debían adelantar el dinero, se aseguraban del disfrute de un apartamento del complejo durante una semana al año. El contrato, según refleja el juez, fue firmado por los turistas sin que pudieran ver la vivienda que iban a ocupar en el complejo. Tampoco tuvieron la oportunidad de leer personalmente, y con la tranquilidad que merece este tipo de decisión, el contrato que les suponía adelantar esta suma de dinero.