Unas treinta personas podrían estar enterrradas bajos los escombros de un edificio de cinco pisos que se derrumbó como una castillo de naipes ayer en Roma, dejando un balance provisional de once muertos. Dos sobrevivientes fueron retirados de los escombros ayer tarde, casi doce horas después de ocurrido el derrumbe, aunque no se conoce aún el número exacto de las personas que se encontraban en el edificio cuando ocurrió el accidente.
En total trece cadáveres, entre ellos el de una niña de ocho años y otros dos menores fueron extraídos de los escombros, mientras decenas de bomberos, policías y socorristas fueron movilizados, mientras una grua retiraba los pedazos de hormigón armado. No queda nada en calle Vigna Jacobini 65, en el barrio Portuense, al sur de Roma, literalmente devorada por la tierra, probablemente por un deslizamiento del terreno. «Todo el inmueble desapareció, es increíble», dijo un habitante del barrio. Ninguna estructura maestra o pared del edificio quedó en pie.