Treinta personas muertas, entre ellas 25 niños de edades entre uno y siete años, es el trágico balance de un incendio en un orfanato de Manila. Entre los adultos perecieron tres monjas que atendían este centro asistencial, alojado en un edificio de dos plantas que fue construido en 1913 y que se encuentra en el céntrico distrito de Paco, en la capital filipina. En el momento del siniestro 68 personas dormían en el orfanato. El presidente de la República, Joseph Estrada, anunció que se abrirá una investigación exhaustiva para establecer responsabilidades en esta tragedia, una de las más pavorosas en la historia reciente de este país.
«Parecía que se estaba acabando el mundo... Oía que los niños gritaban y no podía hacer nada», dijo Adel Caparino, un vecino que corrió a salvar a su hijo, uno de los pocos que pudieron escapar con vida.