Torre Pacheco

| Palma |

Mientras las fuerzas de seguridad del Estado y los medios de comunicación oficiales tratan de sofocar el incendio de Torre Pacheco, lo que ha ocurrido no se analizará con la cabeza fría y por supuesto nadie buscará soluciones a un problema que, obviamente, existe. Se correrá un tupido velo. España es así. Se improvisa, se tira de chapuza y se confía en la suerte. Apuesto a que se repetirá porque lo vemos en Francia, donde nos llevan una ventaja de varias décadas en esto de importar magrebíes. Ellos por la deuda colonial. Nosotros por necesidad de mano de obra barata.

En ambos casos el fenómeno conlleva un necesario proceso de integración. La convivencia apenas genera roces en la primera generación, pero tiende a estallar en la segunda y la tercera. Sí, los hijos y nietos de aquellos argelinos, tunecinos y marroquíes que se asentaron en Francia son los que provocan las chispas del incendio. También aquí. Porque los padres llegan al país dejando atrás la miseria, la guerra o la falta de oportunidades y se vuelcan en trabajar duro y salir adelante.

Pero sus hijos ya son nacionales, cada vez tienen menos vínculos con la patria de sus antepasados y sienten –comienza en la adolescencia– que no son como los demás y que no se les quiere en su propio país. Crecen atrapados por un cable tensionado con un extremo –su cultura familiar– que les exige seguir las creencias y el estilo de vida de su origen y otro que les dice que ya son españoles y deben comportarse como tales. Sin incentivos para trabajar –solo se les ofrece el campo– o estudiar, es fácil que caigan en el pandillismo, el menudeo de drogas y en la peligrosa moda de los retos virales, incluidos los que promueven la violencia extrema.

3 comentarios

user blancosobrenegro | Hace 7 días

BroxitDas totalmente en el clavo, por cierto el articulo impecable. Suelo escuchar algún que otro especialista en el tema y siempre me surgió la misma duda, porque las segundas generaciones de culturas muy diferentes, chinos, coreanos, japoneses, gente subsahariana, indus, sijs, etc no tienen estos problemas o por lo menos los superan. Suelen tener este problema los de una determinada religión. Estos análisis suelen pasar de puntillas con el tema religioso. Una religión es una sustrato de una organización social, no importa que creas o no, pero el no mentiras, no robaras, no mataras es una forma de organización social. Lo llevamos interiorizado. Estas segundas generaciones sin el referente familiar, cultural y sin ese poso que da la edad, son carne de cañón de bandas, radicales, etc y lo que no se quiere analizar es como de diferente se organiza un grupo, una sociedad en el cristianismo, el islam, el induismo, el budismo, etc

user Broxit | Hace 7 días

Yo no veo a hijos de judíos pegando palizas a jubilados españoles.

Juan Juan | Hace 7 días

Excelente análisis.

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