Los políticos del PP y de Vox han convertido el parlamento español en un paraíso de la ordinariez, la chabacanería y la mala educación. Por no hablar de la total falta de valores y principios. Abandonar el hemiciclo en bloque para no escuchar las propuestas del presidente legítimamente elegido por el pueblo español como hicieron los diputados de Vox en la sesión sobre la corrupción del pasado día 9 no sólo es una demostración clara de desprecio al parlamento, sino un insulto a la democracia. Esos señoros están ahí pagados con el sueldo de todos los españoles, no sólo de sus votantes, y lo menos que se les puede pedir es un mínimo de respeto y de educación.
Pero para falta de respeto, educación y valores la del Sr. Feijóo acusando al presidente legítimamente elegido de haber vivido de las rentas de los «prostíbulos» de su suegro que, como se encargaron de repetir sus correveidiles recién nombrados al día siguiente, gestionó su propia esposa. Utilizar un argumento de tan baja estofa, falso además como se demostró hace ya años, creado por Villarejo y secuaces en 2014 para cargarse a un Pedro Sánchez emergente es vomitivo.
No es casualidad que los bulos y las medias verdades vengan siempre de la derecha. Como tampoco lo es que siempre sean sus medios afines bien regados de subvenciones a dedo quienes los avienten. Como tampoco lo es que encuentren juzgados proclives a realizar verdadera ingeniería legal para eternizar la instrucción de las denuncias que pseudosindicatos fascistas interponen a diestro y siniestro. Göebels vería colmado su sueño húmedo en la España de hoy.
La derecha de este país nunca ha sabido perder. Sólo es demócrata cuando puede gobernar. Lo demostró en el 36 dando un golpe de Estado, lo volvió a demostrar cuando su adalid Aznar nos metió en una guerra a base de mentiras y perdió unas elecciones por insultar la inteligencia del pueblo español con más mentiras, y lo lleva demostrando desde que Pedro Sánchez formó un gobierno legítimo que Feijóo y sus compinches jamás quisieron aceptar.
El odio que la derecha y la extrema derecha, tanto monta monta tanto, siembran en este país con sus mentiras, bulos y falsedades es una amenaza muy grave para nuestra débil democracia. El dictador murió, pero sus descendientes, seguidores y admiradores siguen campando a sus anchas en esta España de tricornio, toga y peineta que se niega a aceptar que los tiempos han cambiado y que ser demócrata significa respetar las reglas de juego democrático siempre, no sólo cuando ganan los tuyos.
Carlos Olalla“La Amnistía no cabe en nuestra Constitucion” Le parece poco?