El turismo, un catalizador del bienestar regional

| Palma |

En las últimas semanas, Mallorca ha sido escenario de pintadas vandálicas y manifestaciones que expresan descontento hacia el turismo. Algunos -demasiados- han comenzado a asociar el turismo masivo con la degradación social y económica de nuestras Islas. Sin embargo, en respuesta a esta narrativa, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca ha salido rápidamente con una campaña en la que aboga por dar la bienvenida a los turistas y reconociendo el papel fundamental que éstos desempeñan en nuestra comunidad.

Estoy de acuerdo en que es imperativo contrarrestar la percepción negativa y recordar la importancia del turismo para el desarrollo de Baleares. Algunos llevamos años advirtiendo que era una irresponsabilidad, que pagaríamos todos muy cara, seguir vinculando sostenibilidad con decrecimiento y limitaciones.

El turismo es, indudablemente, el motor económico de las Islas Baleares. Genera miles de empleos y aporta ingresos significativos que impulsan el desarrollo económico de la región. Desde el crecimiento de sectores afines, como la gastronomía y el comercio local, hasta inversiones en infraestructura y servicios, el turismo ha sido históricamente un catalizador del bienestar regional.

Y por ello, es crucial abordar la idea de que la masificación turística no es el único origen de las problemáticas sociales y económicas en Baleares. La realidad es mucho más compleja. No caigamos en el maniqueísmo populista que simplifica la realidad a una oposición binaria entre lo bueno y lo malo.

Más allá de los beneficios económicos, el turismo ha enriquecido culturalmente a Baleares. Ha fomentado el intercambio cultural y permitido que nuestra comunidad comparta su rica historia y tradiciones con el mundo. Además, el sector turístico está adoptando iniciativas sostenibles para minimizar su huella ambiental, demostrando un compromiso con el futuro de la región, buscando un equilibrio entre desarrollo y conservación.

Es momento de reafirmar la importancia de recibir a nuestros visitantes con los brazos abiertos. Mientras se trabaja en soluciones a largo plazo para los desafíos actuales, debemos recordar que Baleares tiene el potencial de seguir siendo un destino atractivo y próspero. El desafío es claro; Baleares debe trabajar hacia un modelo de turismo responsable y sostenible. La colaboración entre residentes, empresas y turistas es clave para asegurar que los beneficios del turismo sean compartidos por todos. Establecer diálogos constructivos entre los sectores involucrados permitirá encontrar soluciones innovadoras y evitar la demonización de una industria esencial.

Y no quiero dejar pasar la oportunidad que me brinda esta columna para hablarles del caos que nos toca vivir en el aeropuerto de Palma tanto a residentes como a visitantes. Y es que las obras eternas y desorganizadas en las instalaciones del aeropuerto de Son Sant Joan no solo empañan la imagen que se da de Mallorca a los visitantes, si no que frustra diariamente a los propios residentes cuando tenemos que desplazarnos. Y ahí va mi denuncia a AENA por su mala gestión, su deficiente planificación y su pésima comunicación. Urgen soluciones y responsabilidades ya.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto