Cuando el mundo cristiano celebraba el triunfo de Cristo sobre la muerte, fallecía el papa Francisco. Nada hacía presagiar que después de impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’ a Roma y al mundo, y tras recorrer la plaza de San Pedro saludando a una multitud enfervorecida, al cabo de unas horas nos iba a dejar para siempre. Se cerraba así un período extraordinario de doce años dentro de la Iglesia católica, dejando una huella profunda en todo el mundo. Su pontificado comenzó dando inicio a una Iglesia más moderna acorde con el Evangelio y desde el principio quiso romper con algunas tradiciones.
Este hombre humilde rechazó los lujos vaticanos, para optar por la residencia de Santa Marta a pocos pasos de la Basílica de San Pedro. Asombraba a los romanos saliendo por la ciudad y pagar sus compras. Su austeridad se rebela también en el nombre escogido, porque san Francisco se caracterizó por su dedicación a los pobres.
Se proyectó al mundo como un Papa pastor queriendo una Iglesia con ‘olor a oveja’. Fue un firme defensor del medio ambiente y de la naturaleza, advirtiendo de los graves daños de la crisis climática. Muchas de sus encíclicas como Evangelii Gaudium o Laudato Si y otros documentos, han marcado el rumbo de la Iglesia, abordando numerosos de temas.
Promovió la reforma de la Curia romana. Esculpió una Iglesia, aprobando diversas leyes. Algunos incluso pusieron en duda su autoridad, pero no le tembló la mano a la hora de condenar a todos aquellos prelados culpables o encubridores.
Desde el inicio de su pontificado expresó posturas de apertura hacia las mujeres y el lugar que deben ocupar, siendo el primer Papa en darles el derecho de voz y voto en un Sínodo y colocándolas en los puestos principales de la Iglesia. Se limitó a hacer gestos como el nombramiento de una mujer como gobernadora del Estado Vaticano, sin llegar a permitir el sacerdocio igual que tampoco ha tocado el celibato sacerdotal.
Impulsó una serie de reformas como nombrar laicos al frente de la comunicación, cambio de estructuras económicas para favorecer la transparencia, gestión y racionalización del gasto, la preocupación por los marginados de las periferias, por eso cosechó numerosos enemigos dentro y fuera del Vaticano. Su vida fue intensa y compleja.
Se constituyó en defensa de los migrantes, quería una Iglesia abierta a los pobres, a los más débiles, excluidos, divorciados… La defensa de la población migrante ha sido una de las grandes batallas del papa Francisco, como evidenció en su primera visita a la isla de Lampedusa, una de las más golpeadas por el drama de las pateras que llegan desde África y hasta el final de sus días tuvo en su mente a los migrantes.
Incluso no tuvo miedo de enfrentarse a Trump por el tema de las deportaciones masivas.
Trabajó intensamente en mejorar las relaciones entre las diversas confesiones religiosas y en frenar los conflictos bélicos que se han ido desencadenando. El de Israel contra Palestina denunciando los crímenes y violaciones de derechos humanos, y pese a los intensos intentos no logró frenar la guerra entre Ucrania y Rusia, aunque sus gestiones si han contribuido a la liberación de presos. Los abusos sexuales cometidos por sacerdotes ha sido uno de los capítulos más dolorosos para el Papa. Otros temas tabú han sido el aborto y la eutanasia.
Con una llamada a la libertad y a la paz se despidió en el marco del jubileo de la esperanza. Su muerte ha tenido un fuerte impacto mundial, quiso acercar la Iglesia al pueblo. Un Papa que ha querido y ha sabido hacer de la sencillez el testimonio y la preferencia por las periferias, centrando su actitud en el compromiso personal, antes que en la doctrina, con disgusto y desconcierto de la Curia romana, pero ha aportado aire fresco y credibilidad a la Iglesia.
Ha sido un Papa valiente y con la mirada a larga distancia. El papa Francisco sabía perfectamente que, cada vez que ingresaba en el hospital en Roma, comenzaban los posicionamientos de la curia sobre el futuro. «Sé que se están preparando para mi fallecimiento, pero tendrán que esperar, aún estoy vivo, lo siento por ellos», dijo al regresar de un viaje a África. Estuvo en medio de nosotros como el que sirve.