El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, se supera a sí mismo y esta semana ha llegado a asegurar en el debate en el que se ha enfrentado a la demócrata Kamala Harris que hay inmigrantes que comen mascotas. Sí, han leído bien. «Muchas ciudades no quieren hablar de ello porque les da vergüenza. En Springfield se están comiendo a los perros la gente que vino, se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí y esto es lo que está pasando en nuestro país y es una vergüenza».
Lo que realmente es una vergüenza es que un expresidente y candidato a la reelección pueda realizar semejantes acusaciones. Afortunadamente, los moderadores del debate los desmintieron.
No fue la única barbaridad que soltó Trump, también acusó a los demócratas de defender el aborto a los nueve meses de gestación e incluso de bebés nacidos.
Sin lugar a dudas, el candidato republicano no tiene escrúpulos y no duda en recurrir a las fake news para lograr el mayor número de votos posible. Para ello, cuenta con todo el apoyo de su buen amigo Elon Musk, que cada día nos inunda la red social X, antes Twitter, de bulos.
Siempre se ha dicho que en las elecciones de Estados Unidos deberíamos participar los ciudadanos de todo el mundo, por la importancia que estas tienen. No sé si es exagerado, pero de lo que no tengo dudas es de las que se celebran el próximo 5 de noviembre son de las más importantes, trascendentales para todo el planeta. La guerra en Ucrania y la de Israel-Palestina tendrán un devenir muy diferente en función de si gana Trump o Harris. Sus efectos serán palpables a nivel mundial. Aún queda bastante tiempo y las encuestas señalan que cualquiera de los dos candidatos puede ganar.