España ha dado una lección de fútbol en la Eurocopa. Sin duda, ha sido la selección que mejor juego ha desplegado y su triunfo no admite discusión alguna. Alemania, Francia e Inglaterra, tres de las grandes favoritas al título, se vieron claramente superadas por un joven equipo que ha logrado unir a todo un país. La selección que ha construido Luis de la Fuente acumula talento y actitud casi a partes iguales, dos ingredientes esenciales para abrazar el éxito. También es un claro exponente de los nuevos tiempos y el influjo de la migración es uno de ellos. A nadie se le escapa que dos de los mejores futbolistas de España son Nico Williams y Lamine Yamal, que provienen de familias de migrantes de África. Se trata de historias de esperanza, sufrimiento, mucho trabajo, determinación y solidaridad. Los padres de Nico cruzaron a pie gran parte del desierto del Sáhara para llegar a España y establecerse en Pamplona. Lamine se crió en Barcelona, en el barrio obrero de Rocafonda. Su padre nació en Marruecos y su madre en Guinea Ecuatorial.
Fútbol y migración
Mateu Cladera | Palma |