La educación financiera es una habilidad indispensable que, lamentablemente, no recibe la atención que merece desde una edad temprana. Platón decía «El principio es la parte más importante de la obra» y es que introducir a los niños en el mundo de las finanzas, no solo les proporciona herramientas esenciales para manejar su dinero de manera efectiva, sino que también los prepara para un futuro en el que las decisiones económicas pueden marcar la diferencia entre la estabilidad y la incertidumbre.
Según un estudio del Banco de España en colaboración con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), solo el 25% de los jóvenes españoles entre 15 y 29 años posee conocimientos financieros básicos. En Baleares la situación es aún más crítica, con un índice de alfabetización financiera del 20% en el mismo grupo etario, lo que demuestra la necesidad urgente de implementar programas educativos que aborden esta deficiencia.
Volviendo a los clásicos, Aristóteles decía «La educación es el mejor aprovisionamiento para la vejez», y es que la educación financiera desde niños no sólo debe enfocarse en conceptos básicos como el ahorro y el gasto responsable, sino también en la inversión. Invertir desde una edad temprana puede ser un cambio de juego significativo en la vida de una persona. Enseñar a los niños sobre inversiones, el mercado de valores, bienes raíces y otras oportunidades de crecimiento financiero les da una ventaja competitiva.
Se trata de potenciar y de enseñar a jóvenes emprendedores, inversores, empresarios, creadores de riqueza y empleo, facilitadores al fin y al cabo de prosperidad en nuestra sociedad, y enseñando desde las escuelas a edades bien tempranas de la importancia de alcanzar la independencia financiera, además de aportar valor con nuestra vocación individual. Independencia es sinónimo de libertad, y esa libertad es la que hay que dotar y enseñar para no caer en un cinismo de dependencia vía subvenciones u otras vías, todas ellas inconsistentes dentro de un sistema económico próspero. En 1961, en su discurso de investidura, John F. Kennedy perpetuaría la conocida frase «No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tu país».
Implementar programas de educación financiera que incluyan módulos sobre inversión en bienes raíces, puede preparar a los niños para un futuro financiero sólido. Las escuelas deberían considerar la integración de talleres prácticos donde los estudiantes puedan simular inversiones en diferentes sectores, evaluar riesgos y beneficios, y entender cómo sus decisiones pueden impactar sus finanzas a largo plazo.
El gobierno autonómico y las instituciones educativas en Baleares tienen un papel crucial en este esfuerzo. Iniciativas como el Plan de Educación Financiera, promovido por el Banco de España y la CNMV, deberían ampliarse y adaptarse para incluir a los estudiantes más jóvenes. La colaboración con expertos en finanzas y empresas locales podría enriquecer el currículo, proporcionando experiencias de aprendizaje práctico y relevante.
Con estadísticas que reflejan una deficiencia significativa en el conocimiento financiero entre los jóvenes de Baleares, es imperativo que tomemos medidas ahora para empoderar a nuestros hijos con las habilidades necesarias para prosperar en el mundo financiero y estabilidad en su desarrollo. Una de las figuras más relevantes del siglo XX, el Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela dijo «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo».