El presidente de Argentina, Javier Milei, volvió a España. Esta vez para recibir la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid de manos de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, en reconocimiento a su defensa de la libertad. En su discurso de agradecimiento, Milei volvió a clamar en contra de la intervención del Estado en la economía y, como no, a lanzar una crítica velada contra el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez:
«Suelen enarbolar cuestiones nobles, pero la discrecionalidad siempre juega una mala pasada, siempre hay filtraciones. Bastiat hablaba de las porosas manos de los políticos, quizá no es la del político directamente, quizás es la de un hermano, la de la pareja o lo que fuera... y el que quiera entender que entienda». Entiendo que con estas palabras Milei lanza otra provocación a Pedro Sanchez, si bien es cierto que tanto el hermano como la pareja de Ayuso se han aprovechado de la influencia de la presidenta madrileña para enriquecerse. Pero hablemos de alguno de los porqués del idilio Ayuso-Milei.
En solo seis meses de gobierno de Milei, Argentina ya ha batido el récord de caída de la renta de los hogares: Nunca se había registrado una caída tan acentuada en tan poco tiempo. El salario medio ha caído un 21 % en términos reales, el salario mínimo un 30 % y las pensiones un 33 %. Esto ha provocado que la capacidad de consumo ya esté en niveles muy cercanos a los de la fatídica crisis de 2001. La clase media, sostén del país, hace malabares para cubrir los gastos sanitarios, de escolaridad y transporte, teniendo que consumir ahorros y endeudarse. Los que pueden, emigran a Europa. Estarán de acuerdo conmigo en que no se veían tantos argentinos en Mallorca desde el periodo 2001-2003. Por no hablar de los 25.000 trabajadores públicos que han perdido su empleo. Milei se enorgullece de esta sangría y promete despedir a otros 50.000, lo que dejaría en la calle al 30 % del total de empleados públicos. La caída de los salarios reales y las pensiones, unida a la reducción del gasto público (mediante masivos despidos en la Administración y la paralización de obras públicas) ha contraído el consumo y la inversión agregadas de tal manera que ya ha habido un masivo cierre de empresas y han perdido su empleo 95.000 trabajadores en el sector privado. Se prevé que la economía argentina sea la que mayor recesión presente este año.
Este es, a grandes rasgos, el modelo económico y de país que Ayuso quiere imponer más pronto que tarde, cuando sea la líder del PP a nivel nacional. Tanto Milei como Ayuso han introducido un insólito sadismo en la política económica; pero hay una diferencia entre ellos: Milei trata de justificar el sufrimiento que sus políticas infringen a la gente diciendo que los padecimientos actuales son un ingrediente indispensable para la prosperidad futura. Ayuso ni siquiera necesita justificar su ignominia. Los madrileños se lo permiten todo. Veremos que ocurre cuando ocupe el puesto de Feijóo, quien ya es, a ojos de todos, un cero a la izquierda en la derecha española.