Entiendo y aplaudo la mesura y la prudencia de la presidenta Prohens, pero hay lugares estratégicos para una correcta comunicación de la labor de un Govern. IB3 es un servicio público que pagamos con nuestros impuestos. Por cierto, con un presupuesto elevadísimo. Creo que es obvio que no es un servicio para buscar ganancia como en las privadas. Es y debe ser un elemento de cohesión social, colaborar en valores pedagógicos, divulgar nuestro patrimonio y valores socioculturales. Pero, sobre todo, en ser escrupuloso en información veraz, no manipulada, tendenciosa y excluyente. Los profesionales de información son de alto nivel y profesionalidad, sin duda. Pero la línea editorial y colocación en lugares estratégicos la realiza la cúpula. No somos tan cretinos de no saber que todas las televisiones y medios de comunicación tienen su línea editorial. Pero en IB3 tienen un nivel de partidismo, sectarismo y excluyentes que es insufrible. Su máxima autoridad sabemos de donde procede.
No discuto su capacidad como periodista ni su inteligencia, sino su proceder. En una visita de la presidenta, se evidenció su estilo de virrey al no permitir la entrada de periodistas en una sede pública. Su prepotencia al quitar la palabra a Armengol es un gesto suficiente, que incomprensiblemente le permitió la presidenta con expresión cariacontecida. Vengativo con sus detractores. Como ejemplo último, esta semana pasada en el Parlament se aprobó una PNL en restitución de la memoria de la injusticia y marginalidad sobre la comunidad judía, en Mallorca los xuetas. Trascendente a todas luces. Pero como M. Segura es el vicepresidente y la comunicación de esta comunidad la desarrolla él, ni mención en los informativos. Todo un alarde de venganza por haber escrito en sus columnas críticas lo que eran verdades manifiestas.
Armengol creó ni más ni menos que una ley para realizar los cambios que se le antojaran para imponer sus colaboradores y dirigentes del ente público. Pero lo realizaron los autoproclamados progresistas, paladines de la verdad y la justicia social. Si lo hace el PP, son destructores de la democracia. Insoportable maniqueísmo. Es sólo una reflexión constructiva.