No tengo carnet de profeta pero sí la intuición de que el resultado de las elecciones solo puede dar lugar o a un gobierno Frankestein con Pedro Sánchez como presidente, o a la repetición de elecciones. Puede resultar muy meritorio que Alberto Núñez Feijóo intente presentarse a una sesión de investidura pero los números no le dan, es decir carece de apoyos suficientes por más que pudiera contar con Vox que es el Frankestein de la derecha.
Sin duda en estos momentos desde el PSOE, con la ayuda de Yolanda Díaz, ya se han iniciado conversaciones con el fin de conseguir el apoyo de todos los partidos independentistas que tenemos en España y que naturalmente darán su ‘Sí' a Sánchez porque les resulta más rentable como presidente. Por eso produce más que sonrisas, risas, escuchar a miembros del Gobierno decir que negociarán pero sin traspasar determinadas líneas rojas. No, no es creíble que no vayan a traspasar las líneas rojas que marca la Constitución habida cuenta que, hasta ahora, han gobernado gracias a que han traspasado esas líneas rojas a través de sus pactos con el independentismo.
Así que seguramente en estos momentos Sánchez y los suyos estarán buscando fórmulas imaginativas para retorcer las leyes y dar al prófugo Puigdemont todo lo que pide a cambio de sus votos. Cambiarán las denominaciones pero el resultado final será abonar políticamente lo que pide Junts, que no es otra cosa que una amnistía y un referéndum de autodeterminación.
Seguro que al referéndum le llamarán ‘consulta' y la amnistía la envolverán en papel de celofán para que no lo parezca. Eso sí los voceros del Gobierno deberían no intentar engañar al personal con eufemismos lingüísticos. La realidad manda y no caben engaños, solo Pedro Sánchez está en disposición de poder formar Gobierno y es lo que, lógicamente intentará hacer, en mi opinión con muchas posibilidades de éxito.