Durante años hemos pensado erróneamente que eso de pedir a todos los españoles miles de millones de euros para salvar a la banca de la debacle de 2008 y no devolver ni una peseta era fruto de la pura y dura desfachatez. Pero no, no es eso. Ahora queda claro. Resulta que en este país, secularmente en quiebra, hay 221 banqueros que se llevan de sueldo más de un millón de euros anuales. El año anterior eran solamente 128, así que nos hemos subido a la parra de mala manera. Oye, qué suerte. Espero que Hacienda les quite una parte sustancial de tan generosos emolumentos y así, en parte, retorne a las arcas públicas una pequeñísima proporción de lo que nos arrebataron. Pero eso no es todo. Existe uno –no se ha divulgado su nombre– que se ríe de ese milloncejo de caca que cobran sus colegas. Este se lleva catorce millones de euros, es decir, más de uno mensual. Es el banquero mejor pagado de Europa.
Ahora entiendo a la perfección la deriva de la banca española de estos últimos años. Después de meter la pata hasta el fondo con la alegre concesión de hipotecas a personas que sabían que jamás podrían devolverlas y del rescate forzoso por parte nuestra, llevamos años contemplando asombrados cómo cierran oficinas, despiden –con indemnizaciones más que jugosas– a miles de empleados y delegan toda la atención al público a una máquina. Claro, es que tienen que ahorrar gastos para concentrar sus beneficios en sueldos millonarios para sus directivos. Quizá un buen banquero deba cobrar un millón de euros, no digo yo que no, pero debería justificarlo en una gestión adecuada. Y cuando tu negocio desatiende a muchos de sus clientes –los menosprecia, los ignora y los margina–, francamente, no te lo mereces.