La presidenta Francina Armengol debería ir un par de días a Madrid, reunir a todos sus colegas de partido y explicarles bien clarito unas cuantas cosas: que ya está bien de chulearnos económica y fiscalmente y que su sacrosanta constitución (ojo, es la del PP, también, pero ahora les toca oposición con un presidenciable que cita a Orwell sin haberlo leído, haciendo otro ridículo espantoso) incluye un artículo 3.3. que harían bien en leer y aplicar y que dice que deben respetar y proteger las lenguas españolas: catalán, euskera, gallego, asturiano, aragonés y aranés además del castellano. Una de les mejores maneras de cumplir el mandato es promoviendo su presencia en Europa, como había acordado en la mesa de diálogo. Abstenerse en el Senado a iniciar los trámites implica dos cosas: haber mentido y romper la confianza de la mesa y pasarse su sacrosanta constitución por el arco de triunfo.
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