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Y sin embargo, aquí es fiesta

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Aunque hoy 1 de marzo es el Día de les Illes Balears, fiesta oficial y administrativa, los eventos festivos empezaron ya hace días, el viernes pasado coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania, y cuando el líder del PP señor Casado ya se había enterado de cómo las gasta el PP. Que a su vez cayó en la cuenta quién le estaba liderando. Se trata pues de un día en versión extendida, que acabará mañana, y esto es así porque doscientos eventos programados (conciertos, gastronomía, dimonis, conferencias, entrega de premios y medallas, etc.) no caben en un día, y al igual que las profusas fiestas religiosas, las oficiales también tienden a inflarse y prolongarse varias jornadas. Pero el día propiamente dicho es hoy. Hay guerra en Europa, y sin embargo, aquí es fiesta.

Qué variopinta es la actualidad. Que por cierto tampoco cabe en los informativos, y se derrama dejándolo todo perdido de cochambre. Mal momento para celebrar nuestra festividad oficial. Los rusos bombardeando Odessa, el alma rusa, y aquí festejando nuestra identidad isleña. Vi gente huyendo en Leópolis, la mítica Lwów, ciudad de Galitzia y cuna de genios literarios, que ha sido polaca, austrohúngara, ucraniana, rusa y hasta alemana con los nazis. A Leópolis la ha invadido todo el mundo, y están tan acostumbrados que ya Josep Roth, el santo bebedor, se declaraba hace un siglo apátrida de ninguna parte. Y ahora otra vez los rusos. En el telediario, que lleva días muy histórico. Y lo del PP, que para recuperarse de la escabechina y pasar página (siempre están pasando páginas), no se les ocurrió otra cosa que encomendarse a la eternamente enojada Cuca Gamarra, la sombra avinagrada de Casado, hasta que el Congreso Nacional acabe de rematarlo. Con dignidad, eso sí.

¡Cuca! Ya lo decíamos el otro día: Todo lo malo empeora, es un axioma matemático. Una constante histórica, como el aciago destino de la hermosa ciudad de Lwów, famosa por sus reposterías y cambios de nacionalidad. Aquí tenemos más suerte, porque mientras todo empeora, no sólo vamos tirando sino que es fiesta. El Día de les Balears, que equivale a cuatro o cinco días. ¿Y se puede estar festivo en tales circunstancias? Claro que sí. Se puede y se debe. Hay que compensar. A más empeoramiento, más celebración. Con ganas o sin ganas, pero fiesta.

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