El novelista y político francés André Malraux (1901-1976) escribió: «La muerte solo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida».
La muerte tiene una función muy relevante: nos descubre que la vida tiene sentido y vale la pena vivirla.
La muerte no es para asustar, sino para hacernos ver que vale la pena apreciar la vida.
A la luz de la muerte, apreciemos la existencia y vivámosla con intensidad y plenitud.
Sin muerte, la vida se haría monótona y rutinaria y no apreciaríamos su valor y transcendencia.
Sin muerte, la vida nos parecería un camino aburrido e interminable que no conduce a ninguna meta feliz.
Sin muerte, la vida se nos haría interminable y no lograríamos descubrir su sentido.
Sin muerte, a la vida le faltaría chispa.